domingo, 9 de septiembre de 2012


La fuerza de la constancia


A menudo me preguntan si me resultó difícil publicar Dos muertos y pico. La verdad es que no fue nada fácil. Envié el manuscrito a varias editoriales y todas me contestaron diciendo que les había gustado la obra, pero que no encajaba con el perfil de ninguna de sus colecciones. Cada vez que abría el sobre y leía la respuesta negativa era como si me hubieran echado un cubo de agua fría encima. La verdad es que era bastante desalentador, pero yo creía en la calidad del diario de Daniel, y las personas de mi entorno también, así que no me di por vencido. Perseveré, insistí y volví a insistir con constancia y tenacidad a prueba de bomba, hasta que finalmente, el mismo día en que recibía otra negativa, me llamaron de Bruño para anunciarme que deseaban publicar la novela. El esfuerzo bien había valido la pena y recordé entonces una fábula que había leído hacía años y que ahora quiero compartir con vosotros. Espero que os guste.

Un día muy caluroso de verano, un pajarillo salió en busca de alguna fuentecilla o charca en la que poder saciar la sed que le abrasaba. Después de varias horas de recorrer los campos de manera infructuosa, descubrió una botella medio llena de agua que algún excursionista debía de haber olvidado entre unos matorrales. Metió el pico por la boca del recipiente, pero por mucho que lo intentaba, no conseguía alcanzar el deseado líquido. Estuvo a punto de darse por vencido y alejarse de allí dejando toda aquella agua tras de sí, pero entonces tuvo una idea e inmediatamente la llevó a la práctica. Empezó a recoger piedrecitas con el pico y a meterlas dentro de la botella. Cada vez que introducía una chinita, el nivel del agua ascendía, pero casi de manera imperceptible. El esfuerzo era tan grande y los resultados tan poco visibles que a punto estuvo de abandonar el intento en varias ocasiones, pero perseveró y continuó echando una piedrecita tras otra dentro de la botella hasta que por fin, el agua ascendió hasta el gollete y el pajarillo pudo alcanzarla con el pico y beber hasta saciar completamente su sed.


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